top of page

SI CAMBIA LA RUTINA… ¿VALORAMOS EL TIEMPO?

“Hace más de cuatro meses que no puedo ir a mi trabajo…” “Dejé de hacer las cosas que hacía siempre…” “Van cuatro semanas que no me encuentro con mi pareja…” “No veo a mis hijos…” “Ya no recibo a mis nietos…” “Extraño…” “Estoy atrapado en mi casa…”

¡Cuántos días hemos efectuado los mismos rituales, recorrido los mismos caminos, respetado idénticos horarios, efectuado los mismos almuerzos ligeros en los mismos días de la semana, respetando una agenda rutinaria…!

¿Y ahora? El entorno con el que estaba habituado, aquél que no me permitía reconocer que afuera de ellos también existía otra vida, ha desaparecido, se ha transformado o decididamente ya es otro.

¿Estamos valorando los tiempos que han aparecido, o los instantes que han quedado al descubierto fuera de toda la rutina? Una rutina que muchas veces nos ha agobiado, a veces alegrado, y nos mantenía en un estado de permanente abatimiento, acostumbramiento o felicidades pasajeras.




ree


Queríamos cambios, pero el día a día nos impedía afrontarlos, y continuábamos con las mismas acciones diarias, excusándonos de que no teníamos el tiempo suficiente para encararlas.

“Quise buscar un trabajo pero me sigo quedando en el que estoy porque…”

El mundo completo se ha modificado, muchas situaciones se adaptarán y otras no volverán nunca más al estado anterior. Otras se terminaron para siempre…

En mi vida profesional he escuchado cientos de veces protestas y quejas por las condiciones laborales o porque el salario no era el suficiente o porque la experiencia no estaba bien pagada, o porque el jefe sabía menos que sus empleados. Mi pregunta siempre era la misma: “¿Cuántos trabajos tenés en vista o cuántas propuestas de cambios has logrado”. La inmensa mayoría de las veces la respuesta era la misma, “la situación no da para cambiar”, o “he enviado mis cv’s pero no me han llamado” o “no hay posibilidades afuera” o contestaciones similares.

También mi respuesta fue siempre la misma: “entonces el mejor trabajo que tenés es éste… dejá de quejarte y agregá solamente un 1% más de valor todos los días”.

El cambio no depende de los demás, está dentro de cada uno de nosotros.

Con sólo un porcentaje del 1% diario de nuevo valor que pongamos en nuestras actitudes, al final del año obtendremos casi el 13% de nuevos servicios prestados. Es una simple cuenta de interés compuesto. Y esto sólo con el 1% que es realmente una cantidad mínima.

Equivale a dedicarse 5 minutos de un día laboral de ocho horas.

La modificación de un proceso, el desarrollo de mejoras, pensar en creatividad productiva, sonreír a quien lo necesita y miles de variantes de acuerdo con la posición y especialidad que se encare.

Y si el trabajo es aburrido, entonces tenemos dos acciones posibles, ninguna más: o nos quedamos en la protesta permanente considerándonos víctimas de la situación o comenzamos a protagonizar nuestra vida agregándole valor.

Hoy, con las transformaciones y angustias en las que la situación nos ha envuelto, también tenemos dos posibilidades… o esperamos, para que la misma rutina idealmente aparezca, o en los tiempos que nos han quedado libres comenzamos a gestar el cambio que soñábamos.

Nada va a ser idéntico, las transformaciones que se están produciendo podrán abandonarse en parte pero mucho de ellas va a permanecer adaptado a “la nueva normalidad”.

Y cómo lo haríamos? Es muy difícil que aparezca un nuevo trabajo al cual postularse (si es que el aislamiento nos ha permitido dejar la queja), prácticamente es imposible, la gran mayoría de las empresas o de las personas empleadoras está a la espera de ver qué pasa.

Las víctimas son como ovejas que siguen al rebaño. Los protagonistas son aquéllos que aprovechan estos tiempos para ser productivos en lo personal, en modificar conductas o emplear la creatividad para la reinvención o la adaptación.

Muchos de los trabajos que hoy existen, en unos pocos años dejarán de existir. Es hora de aprovechar el tiempo para producir transformaciones en nosotros mismos, en no quedarse esperando que los demás hagan… Es el momento de que comencemos - por nosotros mismos - y pensemos qué queremos hacer - o ser - dentro de seis meses o en un año.

Y ocuparnos en lugar de preocuparnos escuchando sólo a los medios o a las noticias que sólo agobian e intoxican. Debemos liderar nuestro propio futuro. Somos una empresa de una sola persona cuyo CEO se llama uno mismo.

Y liderar sin cargo es la propuesta que hoy el mundo necesita.

Por eso…

Se nos ha modificado la rutina a la que estábamos acostumbrados… ¿estamos valorando el tiempo que nos está regalando?

Ing. Ricardo Caroprese-24/07/2020


 
 
 

Comentarios


  • Facebook
  • Instagram

alejandragmoreno@gmail.com

IG: @psicologicamenteterapia

CONTACTO

© 2020 by Lic. Alejandra García Moreno Proudly created with Wix.com

bottom of page